Las parejas se forman por atracción y enamoramiento, pero se mantienen por que tienen una finalidad común. Es decir, las necesidades, los valores, las expectativas y actitudes, de cada individuo, hacen que la pareja formada, se mantenga por y para algo. Para ello es indispensable que ambos estén de acuerdo en la finalidad y satisfechos con la relación. Todas las parejas tienen problemas y todas las relaciones suponen un esfuerzo, pero si al final del día ese esfuerzo, se valora como recompensado, por que la relación, cubre mis necesidades, se ajusta a mis valores, se asemeja a las expectativas de pareja que he generado… Es fácil que se mantenga. Por lo tanto, si conseguimos los cambios necesarios para que la relación se viva como satisfactoria para cada uno de sus miembros, será posible mantenerla. Una pareja no se mantendrá, cuando los cambios requeridos como indispensables, por uno de los miembros, sean imposibles de proporcionar por el otro.