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Pese a que la ansiedad, como mecanismo de respuesta, nos prepara para enfrentarnos a situaciones cotidianas problemáticas, hoy en día puede convertirse en patología.
Tener miedo a situaciones desconocidas, valorarlas como peligrosas o nocivas, nos puede ayudar a afrontarlas. Sin embargo, cuando esta valoración y sus respuestas, resultan muy intensas, frecuentes o interfieren en nuestras actividades diarias (trabajo, estudios, relaciones sociales) podemos estar hablando de ansiedad.
Las fuertes sensaciones desagradables así como la presencia de fuertes preocupaciones pueden interferir fuertemente en nuestro día a día.
Por eso, las dificultades de pensamiento, de nuestro funcionamiento diario, la persistencia en el tiempo, la presencia de falsas alarmas o un aumento a la sensibilidad de aquellos elementos que producen ansiedad, pueden ser pistas para entender que podríamos estar teniendo ansiedad.
Dentro de las diferentes terapias o tratamientos, la terapia cognitivo conductual resulta ser la más contrastada, tanto en beneficios como en aspectos de eficiencia. Se trata de una terapia que permite desarrollar unos objetivos claros y evaluables a lo largo del proceso terapéutico. Pese a esto, la duración del tratamiento dependerá de aquellas metas terapéuticas propias de cada paciente, así como de dificultades o patologías asociadas (depresión, estrés, etc.)
Además, paciente y psicólogo, podrán ir afrontando aquellas dificultades que puedan surgir. De esta manera, se trata de un trabajo colaborativo en el que la confianza y comodidad, resulta clave. Por eso, los psicólogos y psicólogas de Psicología Zaragoza ponemos especial atención en conseguir que el paciente pueda encontrar un espacio terapéutico seguro y cercano.
Los problemas de conducta son un motivo de consulta frecuente en psicología infantil y psicología del adolescente. Sin embargo, es un tema que puede generar confusión, ya que engloba múltiples consecuencias.
Dificultades en el autocontrol, dificultades en el aprendizaje de autonomía en los más pequeños (conductas de higiene, sueño, alimentación), conductas disruptivas y/o agresivas, conductas de riesgo (sustancias tóxicas) o dificultades con la autoridad, pueden ser algunas de las consecuencias que pueden aparecer en los problemas de conducta.
La conducta está mediada por los pensamientos y emociones de la persona que la realiza y por tanto, resultan claves los espacios de aprendizaje: hogar, colegio, otros espacios de convivencia. Por eso, desde Psicologia Zaragoza, tratamos de analizar aquellos espacios o esferas del menor que podrían estar manteniendo el problema. De esta manera y tras la realización de un análisis funcional (ente otras técnicas evaluativas) orientamos los objetivos de tal manera que menor y familia, conozcan y puedan ser parte de este proceso terapéutico iniciado en la consulta psicológica pero que debe continuar fuera de ella.
El tratamiento de estas conductas problema puede abordarse desde un espacio terapéutico destinado al menor y/o un espacio destinado a los padres. Técnicas y herramientas como el entrenamiento en habilidades parentales, habilidades de regulación emocional (relajación, autocontrol), la planificación de responsabilidades del menor (en casa y escuela), mejora en los procesos de confianza y de autoestima, entrenamiento de habilidades sociales (resolución de conflictos) resultan útiles y necesarios durante el proceso terapéutico.
Por ello, los procesos de confianza y veracidad son pilares fundamentales de las terapias psicológicas que realizamos en Psicologia Zaragoza. Buena comunicación y disponibilidad por todas las partes, resultarán aspectos relevantes. La consecución de objetivos no dependerá tanto del tiempo si no de una buena confianza y conocimiento del proceso.